Desde la Asociación Cieza más Vida queremos hacer saber a
los cofrades de la Samaritana, con su presidente Paco y la Junta Directiva a la
cabeza, y en general a todos los ciezanos, lo que significa para nosotros el nombramiento de Samaritano
del Año que nos han concedido este año 2013. Decir que ha sido un honor, una
inmensa alegría, un orgullo… etc. es poco, porque significa mucho más.
El que en una sociedad como la nuestra, en la
que no es políticamente correcto estar en contra del aborto, entre otras cosas
porque hay una ley que lo considera un derecho y, por tanto, lo avala, y lo
permite (incluso en menores), al amparo de la cual se realizan más de 100.000
abortos al año, sin que casi nadie se escandalice ni se preocupe por ello, en
una sociedad así, es muy importante que una cofradía tan joven y vigorosa como la de “La Samaritana”, considere
que nuestra tarea es digna de aplauso y reconocimiento y nos distinga con el
título de Samaritanos del Año.
Porque nuestra causa, a diferencia de otras causas apoyadas
también por asociaciones, no necesita, para alcanzar sus fines, de unas
investigaciones que den con un medicamento, ni de abogados caros que defiendan
unos derechos, ni conseguir
recursos para paliar necesidades apremiantes.
Nuestra causa no necesita recursos materiales, necesita
personas valientes que estén convencidas de que el derecho a la vida es el
primer derecho del ser humano, sin el cual no es posible disfrutar de ningún
otro y también de que la vida comienza en el momento de la concepción y por
tanto ha de ser cuidada, mimada y defendida, sin excusas, desde ese momento.
Esto es una carrera de fondo, como lo fue la de la lucha
contra la esclavitud, a la que hay que ir sumando cada día personas que vayan
cambiando sus criterios, su forma de pensar y al final, con su empeño, consigan
cambiar leyes.
Necesitamos personas que no miren para otro
lado, personas que alcen la voz en todos los ámbitos en los que se muevan, para
salir en defensa de tantos niños inocentes destrozados y tantas madres
abandonadas a la orilla del camino, como el comerciante de la parábola del Buen
Samaritano
Saber que
ellos, que son Samaritanos de Siempre, porque lo son de corazón, están a
nuestro lado, dispuestos a no callar frente a esta injusticia y a ayudarnos a
cambiar voluntades en nuestra sociedad, nos da una fuerza enorme para continuar
con esta labor que nos hemos propuesto de conseguir que cada vez sean más los
que digan
SÍ, A LA VIDA
MUCHAS GRACIAS