SEGUIMOS DESMENUZANDO

UNA SOLUCIÓN MÁS JUSTA

Dicen que “No hay más ciego que el que no quiere ver, ni más sordo que el que no quiere oír” y que “El que quiere  encuentra el modo y el que no quiere encuentra excusas” y a eso, a excusas, sonaron algunos de los argumentos de PSOE e IU para votar en contra de la moción presentada por Cieza+Vida en el pleno del Ayuntamiento del pasado 5 de abril. Los portavoces de estos grupos creyeron que utilizando la versatilidad del lenguaje, o retorciéndolo un poco, podrían enmascarar la realidad.

Se dijo que lo que nosotros llamamos “niño”, ellos  lo llaman “embrión o feto”. ¿Y qué? Su esencia, le llamemos como le llamemos es la misma. Es un ser humano, en gestación, o en proceso de desarrollo, o en una etapa muy temprana de su vida… llámenlo como quieran. En francés se dice “amour”, en inglés se dice “love”, en español se dice “amor”, pero el concepto, el sentimiento, es el mismo.

A lo que nosotros llamamos aborto, ellos insistieron en llamarlo IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo) o lo que nosotros entendemos como “Dos mentiras y un Verdad”. Es mentira que sea una Interrupción, pues, cuado algo se interrumpe se puede continuar después, pero el aborto no tiene continuidad posible. Es mentira que sea Voluntaria pues hay muchas mujeres que lo hacen presionadas por sus circunstancias sociales,  económicas o familiares. El que no sea “obligatorio” no quiere decir que sea siempre y totalmente voluntario. La verdad, es el Embarazo, que es el proceso por el cual un nuevo ser humano se gesta dentro del vientre de una mujer.

Parece que de forma difusa nuestro Tribunal Constitucional admite que aunque el “feto” no tiene derechos fundamentales, si que se le debe dar algún tipo de protección. Claro que si para definir “feto” decimos que "es la figura con forma humana que puede vivir 24 horas separado del seno materno", utilizando el código civil de 1889, parece que nos hemos quedado un “pelín” en el pasado.

¿Es que los conocimientos científicos y la tecnología de hoy día  son los mismos que en 1889? ¿Es que no hemos visto que con 12 semanas el “bebé” tiene forma completamente humana? ¿Es que vamos a ignorar que cada vez sobreviven fuera del útero niños más prematuros en su nacimiento?

No quieren ver ni oír, no les interesa enterarse porque así pueden seguir presentando su postura como muy progresista, muy moderna, muy defensora de nuevos derechos inventados por ellos mismos, aunque la realidad sea otra y lo realmente moderno sea el haber determinado científicamente el inicio de la vida y haber seguido, día a día, con imágenes reales, el proceso de desarrollo del ser humano desde la concepción y el conseguir, con avanzadas prácticas médicas, que sobrevivan niños cada vez con menor tiempo de gestación y cada vez más  lleguen a buen término embarazos complicados.

Hoy día están al alcance de cualquier mujer métodos más que suficientes para poder programar su maternidad y alguno puede fallar pero más de 90.000 fallos cada año son muchos, sobre todo si se tiene en cuenta que, quizás por desconocimiento, más del 30% de ellas no usan ninguno, como se reconoce hasta en alguna publicidad televisiva.

Si lo principal para ellos es defender los derechos de la mujer, ignorando la posible presencia de otros derechos en juego ¿por qué se negaron también a que reciba información y formación? ¿Por qué si quiere seguir adelante con el embarazo, pero tiene problemas, se niegan a crear líneas de ayuda para ella?

No nos apoyemos sólo leyes y en sentencias jurídicas que se pueden cambiar. Hace años era legal y estaba bien visto tener esclavos y esa ley se cambió, porque nos convencimos de que ningún ser humano puede ser propiedad de otro. Hace años la machista expresión “La maté porque era mía” era socialmente admitida y ahora hay una ley de Violencia de Género que la prohíbe, porque nadie tiene derecho sobre la vida de nadie. Hace años era legal fumar y las mujeres que fumaban eran muy modernas y ahora está prohibido fumar en muchísimos sitios, porque hemos descubierto que “Fumar mata”.

Más tarde o más temprano tendremos que admitir que el concebido es un ser humano vivo, que no es propiedad de otro, que nadie tiene derecho sobre su vida y que el “aborto lo mata” y se cambiará la ley para dar una solución más justa a un embarazo inesperado. Para eso hay que hacer pedagogía, hablando claro y diciendo la verdad. Y en ello estamos.